El niño de 8 años fue torturado hasta morir por una tía quien guarda 18 meses de prisión preventiva en la cárcel de mujeres en Higüey, y su pareja en la CCR-14 Anamuya.
El reciente suceso ocurrido en la zona turística de Verón – Punta Cana, en el que perdió la vida un menor de una manera atroz y despiadada, pone en evidencia la realidad de la deuda social que está dejando el desarrollo turístico, ya que la mala distribución de las riquezas generadas por las diferentes actividades laborales es la raíz de la mayoría de los males sociales actuales, consideró el prelado católico.
Jesús Castro Marte, obispo de la Diócesis de La Altagracia sostuvo que, la falta de estancias infantiles, (de las cuales solo tenemos dos para toda la zona una en Friusa y otra en el barrio Cristinita de Verón), donde las madres puedan dejar sus hijos para dedicarse a sus trabajos, las obligan a delegar sus vástagos a cargo de personas que no son aptas para desempeñar una función tan delicada, como es el cuidado de un niño.
Dijo que es muy común en esta zona que niños que son apenas pre-adolescentes no asistan a la escuela, para poder cuidar a sus hermanos menores, o personas desempleadas que se ofrecen para realizar esta labor, pero que también no cuentan con la capacidad de desempeñar esta función que puede verse simple, pero todos sabemos que es compleja, pues los niños junto a los envejecientes son los seres humanos más vulnerables de una sociedad y además son el futuro de nuestra nación.
El líder religioso subrayó que, la crisis que atraviesa la familia pues el modelo de familia que forjó la sociedad dominicana está atravesando una crisis sin precedentes que se ve más agravada en zonas como las vocación turística donde se reúnen ciudadanos no solo de los diferentes pueblos de nuestro país sino de muchas nacionalidades.
La responsabilidad de las autoridades del sector salud, pues hay testimonios de que dicho menor fuè tratado por lesiones producidas por los abusos y no se canalizaron de manera judicial.
Consideró que los vecinos pecaron de omisión al hacerse de la vista gorda ante esa situación.
Enfatizó que como iglesia han estado haciendo todos los esfuerzos para llegar a todos los sectores, es por ello que en los últimos cinco años han aumentado el número de parroquias de tres a cinco y se han ordenado siete diáconos más para un total de nueve, por lo que continúan llevando la palabra de Dios a los sectores.
Dijo que, es necesario que las autoridades jueguen el rol que les corresponde, creando la infraestructura necesaria para que los menores reciban el cuidado necesario mientras los padres trabajan, porque la comunidad debe estar pendiente y alertar a las autoridades, cuando haya sospecha o certeza de que algún menor está siendo maltratado.
“Es nuestro compromiso como iglesia activa, trabajar para que tragedias como estas no vuelvan a repetirse”, indicó Castro Marte.
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